Negocios & Mundo
Aerolíneas se quedan sin sus pasajeros más rentables: los viajeros de negocios
En EEUU las compañías decidieron salir en búsqueda del segmento que se consideraba de segunda clase: los turistas.
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Cuidemos el medio ambiente
Ed Bastian, el director ejecutivo de Delta Air Lines, advirtió durante la presentación de resultados correspondientes al tercer trimestre que la recuperación de los viajes corporativos tomará al menos dos años. Pero el CEO no se refiere a una recuperación completa, sino que más bien apuesta a una "demanda sostenida", en un 75%-80% de los niveles de 2019.
Las ventas de la división de viajes corporativos cayeron 86% entre julio y septiembre, mientras que los viajes de turismo lo hicieron en 82%.
"Estamos navegando la peor crisis que ha enfrentado nuestra industria", dijo recientemente Luis Gallego, director ejecutivo de IAG, matriz de British Airways.
Las ventas de la división de viajes corporativos cayeron 86% entre julio y septiembre, mientras que los viajes de turismo lo hicieron en 82%. “Estamos navegando la peor crisis que ha enfrentado nuestra industria”, dijo recientemente Luis Gallego, director ejecutivo de IAG, matriz de British Airways. La perspectiva no es positiva para los viajes de negocios.
“Cuando hablo con otros directores de finanzas, me dicen, Jeff, no sé si mi presupuesto de viajes regresará alguna vez a donde estaba”, comentó Jeffrey Campbell, director financiero de American Express, en una conferencia en septiembre.
Pero además, a medida que más empresas revelan compromisos de llegar a cero emisiones, otro factor ha entrado en la ecuación: controlar los vuelos en clase ejecutiva es una forma rápida de reducir la huella de carbono corporativa.
Deloitte y PwC, dos consultoras que durante mucho tiempo han llevado a su gente a donde los clientes los necesitaban, se unieron a la lista, diciendo que las reducciones sostenidas en los viajes serán fundamentales para alcanzar sus metas de cero emisiones.
Esta combinación de factores ha obligado a las grandes aerolíneas a concentrarse en ganar ingresos con aquellos ciudadanos que eran considerados de segunda clase en el mundo aeronáutico, los turistas, los que representan cerca de un 80% de los pasajeros, pero que aportan sólo un 50% de las ventas.
El problema es que, a pesar del cambio de estrategia, mantener el estándar de los viajes corporativos requiere costos altos, como salones de primera clase y redes creadas en torno a múltiples vuelos diarios entre centros de negocios.
“Esas son cosas con costos más altos, pero cuando tienes viajeros de negocios, puedes mantener eso porque tienden a ser tarifas más premium”, dijo Savanthi Syth, analista de Raymond James, a Financial Times. “No pueden mantener esto en el largo plazo a menos que eliminen algunas de esas cosas”.
Lenta recuperación
En su intento por atraer a las únicas personas que vuelan en este momento, en Estados Unidos las firmas United Airlines, American Airlines y Delta están aplicando descuentos, eliminaron cobros por cambios y renovaron sus redes para agregar más vuelos a destinos de vacaciones.
“Es un castigo merecido, por así decirlo, a estas empresas que se han centrado mucho en las relaciones con los clientes frecuentes excluyendo a todos los demás”, dijo el consultor de aerolíneas Robert Mann, a FT. “Así que es un poco irónico”.
La propagación del Covid-19 ha causado una caída estrepitosa de los viajes este año, dejando a aerolíneas de todo el mundo al borde de la quiebra. El miedo al contagio combinado con las restricciones gubernamentales hizo que el tráfico de pasajeros de EEUU cayera un 96% en abril, según datos de la Administración de Seguridad del Transporte de EEUU.
Aun cuando la demanda se ha recuperado levemente en estos meses, sigue siendo dos tercios menos que en octubre del año pasado. En septiembre, la capacidad de las tres aerolíneas estadounidenses más grandes por ingresos se redujo en un 50% para los vuelos nacionales y en más de 70% para las rutas internacionales, según datos de la consultora de aviación OAG.
Se buscan turistas
En este escenario, las grandes aerolíneas estadounidenses han agregado vuelos a destinos de vacaciones, lo que las pone en competencia directa con las aerolíneas de bajo costo.
Alaska Airlines aumentó las ofertas a México y al aeropuerto más cercano al lago Tahoe. United dijo el 2 de octubre que aumentará su servicio a más de 40 playas caribeñas y mexicanas en noviembre, luego de agregar previamente más vuelos a Florida. American Airlines ha agregado 33 nuevas rutas desde junio, más dos nuevos destinos en México. Y Southwest Airlines sumó vuelos a Palm Springs, California y Miami.
La competencia actual para los viajeros poco frecuentes muestra “un esfuerzo extraordinario” por parte de las aerolíneas, dijo Mann, con precios “que están entre atractivos y muy atractivos”.
Además de la rebaja de los tickets, las empresas ya no están aplicando cobros por cambiar la fecha de los pasajes. A pesar de que esta jugada tiene un costo importante para las compañías -el año pasado las aerolíneas estadounidenses obtuvieron US$ 2.800 millones por los cobros por cambios de pasajes- crea una sensación de buena voluntad entre los potenciales consumidores.
Además, el simple hecho de obtener reservas es importante para las aerolíneas, porque les da el dinero de los clientes para usarlo como capital de trabajo, explicó Mann.
MÁS DE 450 MIL DESPIDOS A NIVEL GLOBAL
La caída en los ingresos de las aerolíneas estadounidenses las llevó a anunciar despidos masivos durante el verano (boreal). Pero, en un esfuerzo por proteger los empleos, el Congreso de ese país aprobó en marzo un paquete de rescate de US$ 50 mil millones que requería que las compañías no realizaran despidos hasta el 1 de octubre. Originalmente, los ejecutivos de la industria y los legisladores pensaron que la ayuda actuaría como un puente hasta los números rebotaron.
Pero desde entonces, los legisladores se han negado a extender fondos adicionales a las aerolíneas, a pesar del lobby de los ejecutivos y los sindicatos de la aviación. Al presentar sus resultados del tercer trimestre a mediados de octubre -dos semanas después de que expirara el plazo del Congreso-, United Airlines anunció que reduciría su fuerza laboral en 22 mil empleados: 13 mil a través de despidos y 9 mil a través de salidas voluntarias. American Airlines, en tanto, eliminó 19 mil puestos de trabajo, y 1.700 pilotos de Delta Air Lines perdieron su empleo el 1 de noviembre.
Así, se suman a sus pares internacionales que ya han despedido a más de 400 mil personas. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, su sigla en inglés) -que agrupa a 290 compañías a nivel global- advirtió el mes pasado que los pronósticos de pérdidas de más de US$ 80 mil millones de la industria este año eran muy conservadores. Aseguró, además, que el tráfico de pasajeros no se recuperaría al menos hasta 2024.
SERVICIO DE TEST RÁPIDOS
Una de las estrategias de las empresas es ofrecer pruebas de Covid-19 a los pasajeros, ya que algunos destinos están pidiendo tener un resultado negativo que no sea superior a 72 horas antes del arribo.
Esto lo hacen enviando kits por correo u ofreciendo test rápidos en algunos aeropuertos. Esto, eso sí, tiene un costo. United ofrece test rápidos en el aeropuerto, cuyos resultados demoran 15 minutos, por US$ 250. Si la decisión es hacerse la prueba en el auto en instalaciones de la aerolínea cerca del aeropuerto -con resultados en 20 a 30 minutos- el costo se reduce a US$ 110.
American ofrece pruebas a domicilio, las que en el momento de aplicarse son supervisadas a través de una videollamada por un doctor. Cuestan US$ 129 y los resultados demoran 48 horas. Las pruebas en persona sólo están disponibles en el área de Dallas-Fort Worth, cuestan US$ 150 en una clínica designada por la aerolínea y US$ 249 en el aeropuerto.